El rendimiento no depende del tiempo dedicado sino de la calidad del mismo.

En el modelo tradicional laboral algunos directivos y jefes siguen entendiendo la productividad como el número de horas que un trabajador pasa sentado en su puesto frente a la computadora, por lo que tomar pequeñas pausas para conversar con los compañeros, ir por un café o simplemente levantarse de la silla, pueden llegar a ser comportamientos mal vistos. Peor aún, en ocasiones es el mismo empleado quien se reprocha y siente culpa por tomarse algunos minutos y dedicarlos a otras actividades.

Pero según un estudio de la Universidad de Illinois, dedicar mucho tiempo a una sola actividad sin permitir que el cerebro descanse hace que se pierda el enfoque, la concentración y, por lo tanto, la productividad y el rendimiento. Así lo afirma Alejandro Lleras, director de la investigación: “La estimulación constante sobre una misma tarea es registrada por nuestro cerebro como algo sin importancia, hasta el punto de que el cerebro lo borra de nuestra conciencia».

Para confirmarlo, Lleras quiso medir la productividad de 84 individuos divididos en cuatro grupos y a todos les asignó la realización de una tarea durante 50 minutos. A tres de los grupos no se les interrumpió durante ese lapso de tiempo, mientras que a uno se le interrumpió en 2 ocasiones para hablar sobre otro tema. Los resultados mostraron un mejor índice de productividad en el grupo con el cual se hicieron las dos pausas: “Les bastó con tener que tomar dos descansos breves de su tarea principal para mantener la concentración durante todo el experimento”.

De acuerdo con John P. Trougakos, profesor asistente de la Universidad de Toronto Scarborough y de la Rotman School of Management, la concentración puede ser comparada con un músculo que necesita descanso para volver a recuperarse después de un largo entrenamiento y por ello un trabajador no debería sentirse culpable por tomarse algunas pausas durante su jornada laboral.

Es por esto que las pausas activas que tanto recomiendan desde el área de gestión humana son absolutamente necesarias. Realizar pequeñas pausas permite que el cerebro se relaje y pueda retomar luego la misma actividad de forma productiva; incluso médicos como James A. Levine de la Clínica de Mayo, recomiendan a los directivos en las organizaciones promover entre su personal rutinas de descanso.

 

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Fuente: Foro Económico Mundial