A 2055 los robots reemplazarán al 50% de la fuerza laboral global, mientras tanto nos reemplazarán otras personas más calificadas y rentables.

¿Qué hacer cuando el desafío no está en saber sobre tecnología sino sobre cómo sacar provecho de los escenarios digitales? Esta es la pregunta a la cual nos enfrentamos cada día más profesionales alrededor del mundo y, tristemente, para quienes todavía no tienen la respuesta, ésta podría ser una de las últimas oportunidades que tengan para asegurarse un futuro prometedor en un contexto donde la competitividad ya no se asocia a un título sino a la capacidad de entregar soluciones.

La cuarta revolución industrial elevó la marea con los mismos vientos que impulsaron a sus tres antecesoras: tecnificación y especialización del trabajo. Tecnificación equivale a lo que conocemos como digitalización (ya que justamente ésta es la revolución de lo digital), y especialización del trabajo no es más que saber cómo aprovechar lo digital para ser más efectivo, productivo y competitivo.

Según la proyección del Instituto McKinsey, a 2055 la mitad de los trabajos serán automatizados. Tal vez 38 años le parezca poco, pero si no cree que el problema es con usted, puede fijarse en el mapa a continuación, donde evidentemente más del 50% de los trabajos en Colombia y otros países de América Latina pasarán a ser ejecutados por inteligencias artificiales.

Fuente: McKinsey, Proyección de actividades que serán automatizadas a 2055

 

Para avivar el panorama, tenga en cuenta, además, que el cambio es progresivo y que las actividades más operativas serán las primeras en ser reemplazadas, y nadie con dos dedos financieros de frente puede discutir contra un presupuesto en el que contratar personas suma ceros a la derecha, mientras adquirir o programar tecnologías los resta.

¿Cree que su posición está a salvo porque usted correlaciona datos y hace análisis? Seguramente no conoce a Watson todavía; ¿cree que su carisma va a hacer que lo mantengan en su cargo? Le presento a los chatbots capaces de simular una conversación con otra persona; ¿cree que los profesores nunca podrán ser reemplazados? Probablemente le interese saber cómo los jóvenes hoy aprenden con sistemas de inteligencia artificial.

El panorama no es alentador, menos para sociedades tan escasamente apropiadas de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) como las nuestras, teniendo en cuenta que una cosa es aumentar el acceso y el número de dispositivos en circulación o conexiones a Internet, y otra muy distinta es saber cómo sacarle provecho al infinito de oportunidades que abre la web.

Pero mientras las tecnologías que podrían reemplazarnos llegan a su clímax en 2055, serán otros humanos más conectados y verdaderamente competentes en digital quienes ocuparán las vacantes, lo único esperanzador es que frente a ellos la competitividad sí puede ser defendida: conocer los contextos digitales y las oportunidades que abren, saber aprovechar los recursos en línea para hacer más eficientes y dinámicas nuestras actividades, capitalizar la formas de empleo en línea.

El uso efectivo y productivo de la tecnología es el antídoto contra la robotización de la fuerza laboral, lo grave es que algunos todavía se niegan a creer que los humanos somos materia fácilmente reemplazable en el universo de las inteligencias artificiales.

 

Adriana Molano Rojas
Directora de Comunicaciones
ICDL Colombia